¿Es normal perder la menstruación o tener irregularidades por hacer ejercicio o deporte?
Períodos menstruales irregulares
Es frecuente que las mujeres que hacen ejercicio o deporte tengan irregularidades o ausencia de la menstruación. El problema es que muchas lo normalizan y creen que es una respuesta natural del cuerpo, cuando en realidad no lo es.
Es importante tener en cuenta la edad de la persona y la edad de la primera menstruación, conocida como menarca.
En adolescentes que se encuentran en los dos o tres primeros años tras su primera menstruación, es habitual que los ciclos menstruales sean irregulares. No obstante, si estas irregularidades persisten más allá de este periodo o la menstruación desaparece, conocida como amenorrea, es necesario realizar una revisión médica.
También es importante recordar que la menarca debe presentarse entre los diez y los quince años. Si ocurre a los 15 años o más, no se considera normal y se conoce como amenorrea primaria. En este contexto, también es recomendable realizar una revisión médica.
En promedio, los ciclos menstruales duran 28 días ± 1 semana, con un límite inferior de 21 días y un límite superior de 35 días. En el caso de adolescentes en los primeros 2-3 años después de la menarca, el límite superior puede extenderse hasta 45 días. Cualquier alteración fuera de estos rangos se considera anormal.
En el caso de mujeres que practican deporte o ejercicio físico, es frecuente que presenten irregularidades o ausencia de la menstruación. Cuando esto sucede, además de realizar una revisión médica para descartar problemas de salud, es fundamental analizar diversos aspectos del entrenamiento y del entrenamiento invisible, siendo uno de los más importantes la disponibilidad de energia y el aporte de carbohidratos en la dieta. Además, el estrés también puede afectar los ciclos menstruales y es otro factor a considerar dentro del entrenamiento invisible.
Existe la creencia errónea de que el ejercicio físico por sí solo es el responsable de los cambios en los ciclos menstruales. Sin embargo, una mujer puede hacer tanto deporte o ejercicio como desee, siempre y cuando su ingesta energética sea suficiente para cubrir todas las necesidades de su cuerpo. Esto no solo incluye la energía requerida para la actividad física, sino también para las actividades diarias y las funciones fisiológicas básicas, entre las que se encuentra la menstruación.
Una baja disponibilidad de energía puede producir una condición conocida como amenorrea hipotalámica funcional. Sin embargo, no es necesario perder la menstruación por completo para que sea motivo de preocupación. El simple hecho de presentar irregularidades y estar fuera de los rangos de normalidad ya debería ser una señal de alerta.
Otro aspecto fundamental a valorar son los objetivos de peso y composición corporal, ya sea por motivos de rendimiento y/o estética. La búsqueda de un peso o un porcentaje de grasa menor puede llevar a desarrollar hábitos o estrategias que reduzcan la disponibilidad de energía, ya sea por una disminución en la ingesta calórica, restricción de grupos de alimentos como los carbohidratos o un aumento de la actividad física para “quemar” más. Esto también afecta al porcentaje y funcionamiento de la grasa corporal, que desempeña un papel clave en la salud menstrual.
Cuando una mujer que practica deporte o ejercicio pierde la menstruación o tiene irregularidades, tiene un mayor riesgo de desarrollar huesos débiles y sufrir lesiones como fracturas por estrés. A largo plazo, también puede disminuir la calidad y cantidad ósea, favoreciendo la aparición de osteopenia y osteoporosis.
Conclusión
Tener irregularidades en la menstruación o perderla por completo no es una respuesta normal del cuerpo al ejercicio, sino una señal de que algo no está funcionando bien. Aunque en adolescentes es habitual cierta irregularidad en los primeros años tras la menarca, cualquier alteración persistente o fuera de los rangos de normalidad debe ser evaluada.
Uno de los principales factores a considerar es la disponibilidad de energía, ya que un aporte insuficiente de energía puede desencadenar alteraciones en el funcionamiento normal hormonal, afectando no solo la salud menstrual, sino también la salud ósea, la salud en general y el rendimiento deportivo. Además, los objetivos de disminuir el peso y la grasa corporal pueden influir negativamente si conducen a estrategias que reducen la energía disponible.
Asegurar un correcto aporte de energía, descanso, equilibrio entre entrenamiento y recuperación, y una relación saludable con tu imagen corporal, tu peso y tu composición corporal es fundamental para una buena salud menstrual y para prevenir complicaciones a largo plazo como la osteopenia y la osteoporosis.
Si practicas ejercicio o deporte y notas alteraciones en tu ciclo menstrual, no lo ignores, es una señal de alarma de que tu salud y rendimiento no están bien: consulta con un especialista en medicina del ejercicio físico y del deporte para evaluar tu caso y tomar medidas a tiempo.